No es raro entonces que el llamado
"Método Singapur" (también conocido como "Mastery Approach",
"Enfoque de Maestría") para la enseñanza de las matemáticas se haya
expandido alrededor del mundo.
Tanto es así que Jeff Bezos, el hombre más
rico del mundo y dueño de Amazon, decidió junto a su esposa que sus hijos
aprendieran el modelo utilizado por los niños singapurenses.
"Hemos intentado todo tipo de cosas,
como lecciones de mandarín
o el programa de Singapur", le dijo MacKenzie Bezos a la
revista Vogue.
El método ha sido destacado y al mismo tiempo
duramente criticado por expertos en educación.
Algunos maestros han optado por usar algunos
elementos del enfoque singapurense y mezclarlos con las tendencias occidentales
que incluyen una visión más "libre y creativa".
En Estados Unidos, el Método Singapur ha sido
una tendencia creciente y quienes lo promueven aseguran obtener excelentes
resultados.
"Los planes de estudio para la enseñanza
de matemáticas a nivel primario en varios países alrededor del mundo lo
usan como modelo", le dijo a BBC Mundo Kevin Mahoney,
profesor estadounidense que utiliza este enfoque en sus clases y trabaja en la
formación de otros docentes.
¿Y por qué nos niños de Singapur tienen tan
buenos resultados en la pruebas sobre habilidades matemáticas?
"Es una combinación entre el currículum,
la pedagogía y la cultura", agrega Mahoney.
Las claves del método
Desarrollado en la década de los 80, los
profesores trabajan en
equipos utilizando objetos y materiales concretos para en
enseñar matemáticas.
La idea es centrarse en la resolución de
problemas, entender el razonamiento lógico que hay detrás, más que la
memorización del procedimiento para llegar a un resultado.
Los alumnos aprenden a través del enfoque
CPA: concreto,
pictórico y abstracto.
Se habla de "maestría" en el
sentido de buscar la resolución de problemas sin enfocarse en la idea de
"aprender para un examen".
Las clases usan objetos,
fotografías y símbolos para modelar problemas utilizando
bloques de colores para representar todo tipo de ideas, como fracciones, por
ejemplo.
Es común la incorporación de dibujos
y diagramas y por eso se dice que es un enfoque
muy visual y en algunas ocasiones también auditivo.
Yeap Ban Har, matemático considerado uno de
los referentes mundiales de este modelo, ha dicho que los objetos le permiten a
los niños explorar diferentes ideas cuando están aprendiendo un concepto.
"Más que aprender operaciones, el modelo
apunta a 'pensar como un matemático'", escribió Andreas Schleicher,
director de educación de la OCDE y coordinador de la prueba PISA.
Se trata de enseñar menos
temas con mayor profundidad. En teoría, todos los estudiantes
avanzan a un ritmo similar, porque los profesores esperan a que todos los niños
aprendan un concepto particular, antes de avanzar al próximo.
Estudios realizados por el Instituto de
Educación UCL y la Universidad de Cambridge encontraron que con este enfoque
mejora la velocidad de aprendizaje de las habilidades matemáticas.
Pero tampoco se trata de una panacea.
"No
hay evidencia de que sea el mejor enfoque. Hay alguna evidencia
limitada de que sería un poco más efectivo que el status quo en algunos países
occidentales como Inglaterra. Pero los efectos parecen ser relativamente
pequeños. Y todavía no sabemos sobre su impacto en el largo plazo", le
dijo a BBC Mundo John Jerrim, investigador del Instituto de Educación de University
College London (UCL).
Singapur en tu propia casa
En el mundo occidental, algunos elementos de
este enfoque han sido incorporados en otras metodologías de enseñanza en la
escuela y también en la casa.
Por ejemplo, se le recomienda a los padres
que estimulen a sus hijos a conversar sobre cómo llegaron a un resultado, a comentar
el proceso, los errores, los aciertos y las ideas que al
niño se le ocurrieron en el camino.
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La idea es que lo verbalicen usando frases
completas, haciendo dibujos o construyendo modelos con cualquier material
doméstico. Y el papel de los padres es que reconozcan el
esfuerzo que los niños pusieron en tratar de llegar a la solución,
más que en decir la respuesta correcta.
Otra forma sencilla de aplicar el Modelo Singapur
es transformar las cosas de la vida diaria en conversaciones
matemáticas. Por ejemplo, ¿cuántos autos estacionados quedarán
en la calle si los vecinos se van o si guardamos estos juguetes en una caja?
Entre las sugerencias del enfoque, también
está la práctica de mirar un mismo objeto desde distintos puntos de vista o
llegar al mismo destino usando diferentes caminos.
"La clase igualitaria"
En Asia, particularmente en China, se utiliza
el método Maestría de Shangái, que tiene algunos puntos en común con el Método
Singapur.
Las clases giran en torno a un
concepto matemático específico antes de avanzar hacia
ideas más complejas siguiendo una progresión lineal.
Los niños no son agrupados según sus
habilidades intelectuales. Todos los chicos estudian al mismo tiempo el
principio básico que deben aprender en la clase y ninguno
da el siguiente paso hasta que todos sus compañeros lo
hayan aprendido.
En cambio, en otros países las clases son
consideradas buenas cuando incluyen una gran cantidad de contenidos o cuando
los alumnos aventajados avanzan a un ritmo mucho más rápido que el resto para
aprovechar su potencial.
Los críticos dicen que esta idea asiática de
una clase
más igualitaria desincentiva a los alumnos más capaces.
Pero la reiteración en voz alta de las
respuestas, los asientos en líneas mirando hacia adelante y la falta de
interacción entre los niños han hecho que muchos pedagogos critiquen el método
por tradicionalista, despersonalizado y
con el foco en conseguir resultados en los test de medición internacional.
La discusión es intensa, considerando que la
educación actualmente está girando hacia desarrollar habilidades como el pensamiento
crítico y creativo, el trabajo en equipo para resolver desafíos
cotidianos y el desarrollo de habilidades sociales en ambientes más libres e
interactivos.
Y el otro punto debatido es que en varios
países asiáticos los padres pagan clases particulares después del colegio para
que los niños tengan mejores calificaciones en los exámenes, en contraste con
las prácticas en Finlandia, por ejemplo, donde hay más énfasis en el juego que
en el trabajo de clase en la primera infancia.
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en las pruebas de educación PISA
Eso no ocurre en Singapur, pero efectivamente
los padres -que tienen los recursos económicos para hacerlo- les pagan a
tutores privados.
Más allá de las diferencias culturales y las
políticas públicas de los distintos países, efectivamente algunos elementos del
Método Singapur han traspasado las fronteras y se han ido incorporando en otros
sistemas educativos, aunque no sean similares.
